LLEVANDO ALEGRÍA
NAVIDAD MINOZ 2018
Tras tres meses de preparación y con el objetivo de donar artículos de higiene personal, alimentos y sobre todo, brindar acompañamiento y cariño, Minoz México Oficial organizó una visita a un asilo ubicado en la Ciudad de México.
El día sábado 1ro. de diciembre del 2018 alrededor de las 10:00 am, nos presentamos en el asilo con gorritos navideños y realizamos varias actividades con los adultos mayores. La primera de ellas fue pedir posada, un canto navideño con el que se pide permiso para entrar al lugar. Desde que comenzamos a cantar y ellos respondieron de igual forma, nos sorprendimos, ya que su ánimo era alegre y nos recibieron muy bien.
Una vez que nos dieron la bienvenida al lugar, nos presentamos con los ancianos y les hablamos del club y del motivo por el cual estábamos ahí. Hicimos la entrega de donación al encargado del asilo y procedimos a escuchar música tocada por un dueto. Todos juntos cantamos y las miembros del club se turnaron para hacerles compañía a cada uno y platicar con ellos, quienes les contaron anécdotas de su vida, de las canciones que les recordaban sus amores del pasado, reían y aplaudían.
Un momento muy emotivo y conmovedor fue cuando se le cantaron las mañanitas a una mujer que cumplía 100 y se le entregó un chal tejido a mano por una de nuestros miembros. Ella lloró y nuestro miembro comparte que no fue fácil ver esa escena llena de muchos sentimientos encontrados y tener que guardar la compostura. Fue para ella, un reto emocional muy fuerte.
A algunas de las mujeres se les pintaron las uñas, las maquillaron mientras que los hombres platicaban sus experiencias de vida. Mientras la mayoría estaba en el patio jugando dominó y lotería, otras chicas junto con el dúo pasaron a los cuartos a cantarles a aquellos que se encontraban en cama mientras les daban su aguinaldo, y unas bufandas realizadas por madre e hija que también son parte del club.
Una vez que terminamos con estas actividades, les pidieron a los ancianos entrar a la casa para comer. Nosotros comimos afuera y tuvimos oportunidad de platicar y darnos ánimos porque no fue fácil comprender él por qué ellos se encuentran en ese lugar, extrañando a su familia.
Cuando terminaron de comer llego la hora de las piñatas donde todos pasamos y juntos nos divertimos como niños. Al termino de esto y ya por último el pequeño patio se transformó en una pista de baile no importado si sabias bailar o no. Al termino de las actividades ayudamos a recoger las mesas, sillas, barrimos y nos despedimos de todos en el asilo.
Ha sido uno de los proyectos más duros de realizar. De Lee Min Ho hemos aprendido el compartir buenos recuerdos ayudando a los más necesitados y de la cultura coreana aprendimos a darle el valor a la gente de la tercera edad quienes cuenta con experiencia, conocimientos y grandes anécdotas que contar y como jóvenes tenemos mucho que aprenderles.
